La Intención es todo en el arte de la Magia Ritual. Dolores Ashcroft-Nowicki
Vengo de una familia católica, como la mayoría de los que nacimos en América Latina antes del año 2000. Crecí rodeado de imágenes y rituales, oración y misas dominicales. Me bautizaron recién nacido, estudié en un colegio regido por sacerdotes e hice la primera comunión. Cuando llegó el momento de hacer la “Confirmación”, ya había crecido lo suficiente para decidir que no era mi sendero espiritual, así que decidí tomar distancia y buscar otros caminos. Aún así, durante todos esos años, siempre me quedó una idea rondando en la cabeza. Uno que otro sacerdote, lograba transmitirme algo real, una de cada cuantas veces que oraba, lograba conectarme con algo trascendente. Más tarde comprendí que esto dependía de lo que en Magia Ritual llamamos “Intención Mágica”, “Sankalpa” para los hindúes o “Kavvanah” para los Qabalistas. Estos conceptos son un poco abstractos pero podríamos traducirlos como “Intención”, “devoción”, “voluntad” y/o “propósito”.
La devoción es indispensable para activar cualquier trabajo mágico, aplica a todo en la vida y es lo que verdaderamente nos conecta con la esencia de las cosas, con aquello que le da vida a lo que parece inerte. Sin “eso”, la Magia no sucede. Podemos replicar un ritual que se ha hecho cientos de veces, rezar una oración ancestral, hacer una peregrinación al lugar más sagrado, encender una tonelada de incienso, pero sin intención verdadera, no pasará nada. ¿Han sentido lo mismo al escuchar o ver a alguien interpretando una pieza musical?, ¿Qué hace que una persona nos transmita algo profundo y trascendente y otra no, así interpreten las mismas notas musicales? !K A V V A N A H!
¿Incienso Poderoso? , ¿Humo?. Depende de la intención al encenderlo.
Al llenarnos de intención hacemos básicamente dos cosas. Por un lado concentrarnos en algo específico excluyendo todo lo demás y por otro lado conectarnos con su esencia (es interesante el concepto de la física cuántica que habla de como cambia el comportamiento de las partículas según el observador). De esta manera podemos influir directamente sobre la cosa en la que nos estamos concentrando. Esto es algo que se ha sabido desde hace mucho tiempo y es por eso que varias tradiciones espirituales incluyen la vibración o canto de las palabras escritas en los textos sagrados. Los mantras son el ejemplo más claro de esto. La repetición consciente, además de la vibración sonora (ya dedicaré otro texto al poder creativo del sonido) nos pone en un estado donde todo lo que no sea objeto de nuestra atención desaparece para conectarnos con la esencia de las cosas.
Pero la Kavvanah no solo nos habla de concentrarnos y enfocarnos, sino de la emoción que le imprimimos a lo que queremos hacer o transformar. Por eso hay que ser tan cuidadosos con el manejo de nuestras emociones. ¿Estamos transformando desde el odio?, o ¿Estamos transformando desde el Amor? Estas emociones poderosas influenciarán el resultado, obviamente de formas muy diferentes. Una de las definiciones modernas para Magia, acuñada por la gran Dion Fortune, nos dice que la Magia, es el acto de cambiar nuestro entorno a Voluntad. El pensamiento/imaginación (Maschavah), la palabra (Dibbur) y la acción u obra (Maaseh) son los tres procesos necesarios para transformar o manifestar algo (en otra ocasión expandiré este tema) pero esta cadena no tendrá efecto a menos que previamente entremos en estado de Kavvanah para acceder al Poder de Vida.
El Alquimista por Rembrandt
En estos días agitados, llenos de movimientos evidentes, somos tocados a gran escala como colectivo y es difícil pensar en cosas diferentes, pero los invito a poner “Kavvanah” en todo lo que hacen por pequeño que parezca. Hacer todo con intención es el comienzo para generar cambios importantes a nivel personal, social y global.
En L.V.X, Vida y Amor
F.V.T